Dos estanterías con ciento treinta y seis botellas, trece frascos y una botella orinal intervenidos con imágenes y objetos referidos al Quinto Centenario de la conquista de América se ubican a los lados de un panel, con un collage que contiene la imagen de un Cristo Pantocrátor rodeado de buitres. Debajo, la maqueta de una carabela, la Santa María, trayendo a América algunos de los símbolos del cristianismo: brujas de Goya, demonios, bestias apocalípticas y un Sagrado Corazón integran una de las instalaciones emblemáticas de León Ferrari: La justicia.

Realizada en Argentina para la muestra One World Art a pedido de la televisión alemana, se expuso en 1992 en el Völkerkundemuseum de Hamburgo. En la correspondencia que mantuvo el artista con la institución que encargó la obra se puede observar un intercambio donde aparecía el deseo del artista de que, en el caso de venderse, lo recaudado se destinara a Abuelas de Plaza de Mayo, organización creada en 1977 para localizar y restituir a las familias a todos los niños desaparecidos en la última dictadura militar argentina (1976-1983). Pero la obra no se vendió y quedó en guarda en UNICEF hasta que, años más tarde, fue devuelta a Argentina. 

Retitulada posteriormente como 1492-1992 Quinto Centenario de la Conquista, la instalación fue expuesta recién en 2004 en la muestra León Ferrari: Retrospectiva. Obras 1954-2004 en el Centro Cultural Recoleta en Buenos Aires. Unos días después de la inauguración, la instalación resultó vandalizada por un grupo de ultraderecha que al grito de “Viva Cristo Rey” destruyó algunas de sus botellas, demostrando con esa acción violenta lo mismo que el artista quería describir cuando la realizó: la intolerancia y la violencia que subyace a la religión. Hubo cinco detenidos en el incidente que fueron imputados por “daños y lesiones” luego de la agresión, que estuvo acompañada de amenazas al público con los vidrios rotos de las piezas.

La obra fue expuesta nuevamente en 2010, en España, para la muestra colectiva Principio de Potosí, que luego itineró por Bolivia y se expuso también en 2018 en el Museo de Inmigrantes en Buenos Aires, en el contexto de la Bienal Sur-UNTREF. En estas ocasiones, la instalación se exhibió con las botellas rotas en el centro y con un cartel que complementaba la información sobre cómo la intervención del público había modificado y sumado sentidos a la pieza. Un rasgo que encontramos en muchas de las obras del artista que, como producciones performáticas, incorporan las respuestas de los espectadores, quienes se convierten en co-creadores junto a Ferrari.

En 2020 la Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo inició un acuerdo con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía para realizar una copia única de la obra. La copia formará parte de la colección permanente del MNCARS e integrará la muestra La Bondadosa Crueldad, en el marco del proyecto León Ferrari, 100 Años. Realizar una copia fiel a la original generó amplios debates y preguntas: ¿qué significa rehacer esta instalación?, ¿por qué la realizamos?, ¿qué significado tiene su recreación para un museo de España?, ¿qué puede otorgar al público una nueva versión de la pieza?

Con estas preguntas, y planteando objetivos concretos, se comenzó la investigación exhaustiva del proyecto original del artista junto a la obra física para realizar una copia exacta a la pieza original. Se incluyó un complejo proceso de reconstrucción de los componentes dañados y el estudio de cada una de las botellas, iconografías y elementos que forman parte de la obra y de cada pieza que la constituye. Muchas fueron compradas en mercados de baratijas y no fueron fáciles de conseguir (al igual que un número importante de botellas, cuyo diseño de fabricación en Argentina se detuvo hace más de veinte años). Este proyecto fue un verdadero desafío técnico y conceptual, que implicó enfrentar cada una de las complejidades que se iban observando a lo largo de un trabajo de más de un año y medio.

La copia única de La Justicia / 1492-1992 Quinto Centenario de la Conquista (2020) posibilita volver a cautivar al espectador con una pieza emblemática y fiel a la original, que recrea de manera formal y simbólica su percepción, ya que no solo su versión original había sido violentada y dañada sino que, con el paso del tiempo, hubo un deterioro natural donde muchos de sus elementos ya se encontraban secos o deshechos, como es el caso de las botellas que contenían líquidos o plásticos. En un estado de conservación de primera calidad, esta versión nace con el objetivo de perpetuar el original proyecto del artista, que se preocupó por cada uno de los materiales y detalles simbólicos para constituir una obra didáctica, que pudiera comunicar claramente una narración persuasiva sobre la conquista de América, tal como lo hacían los retablos españoles en América. Este proyecto se acompañará de una plataforma virtual que podrá recorrerse con el acercamiento a cada elemento con la información que el artista nos legó, amplificando la percepción, comprensión e interacción para vivenciarla con toda la sensibilidad que Ferrari depositó para su creación originaria.